En
el pasado 3 de octubre, el Santo Padre Francisco ha firmado su
nueva encíclica 'Fratelli Tutti' dirigida a todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, más allá de sus convicciones religiosas, en la que
propone el ejercicio de una fraternidad abierta a todos que permita
construir un mundo nuevo.
«Entrego
esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que,
frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros,
seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de
amistad social que no se quede en las palabras. Si bien la escribí desde
mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado
hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las
personas de buena voluntad» (n.6).
En
un gesto simbólico, el pontífice ha decidido viajar hasta la ciudad de
Asís, ciudad donde nació San Francisco y donde fundó la orden de los
franciscanos. Se trata del primer viaje fuera de la ciudad de Roma desde
que comenzó la pandemia. En una visita estrictamente privada debido a
las medidas sanitarias, antes de llegar a Asís el Papa visitó el
monasterio de las hermanas clarisas de Spello, cerca de allí, donde se
quedó a almorzar. Posteriormente, en Asís, antes de firmar la encíclica
en todas sus versiones, Francisco agradeció la labor de los prelados de
la primera sección de la Secretaría de Estado que lo ayudaron en las
traducciones, presentes en la celebración, junto a algunos frailes y
monjas, el custodio del Sacro Convento de Asís, padre Mauro Gambeti, el
obispo de la diócesis, Domenico Sorrentino y el cardenal Agostino
Vallini, legado pontificio para las basílicas de San Francisco y de
Santa María de los Ángeles de Asís. Es la cuarta vez que el Papa
Francisco visita el Sacro Convento de san Francisco de Asís.