Desde la Pastoral de la Salud de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz
En estos días surge en nosotros la necesidad de cuidar y cuidarnos más, de proteger y acompañar la vida de los más débiles, pero sobre todo, y a la vista de los escenarios de tanta violencia bélica, elevar la voz en defensa de la paz. Hemos de pedir al Príncipe de la Paz que no solo suscite en nosotros sentimientos de paz, sino que, recuperando la expresión de S. Francisco, nos haga “instrumentos de su paz”. No solo desearla y pedirla, sino ser capaces de convertirnos en agentes de reconciliación e instrumentos de la paz, frente a tantos conflictos vividos en nuestros propios ambientes. Que la Navidad avive en nosotros la presencia viva de un Dios Amor estímulo para todos los creyentes. Y que la Virgen Madre nos enseñe a vivir desde el servicio a los que más nos necesiten.