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miércoles, 6 de mayo de 2020

Carta de la Delegación por la Pascua del Enfermo

A los sacerdotes de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz

Queridos compañeros:

Este año, en medio de todo lo que nos condiciona, se nos va a permitir celebrar la Pascua del enfermo, acordándonos especialmente de los nuestros. Quizá tenga más sentido que nunca celebrar este domingo 17 de mayo de 2020, sabiéndonos partícipes de la Vida del Resucitado, pero también acompañándonos en la vivencia de la enfermedad que nos crucifica. Ciertamente, nuestra fe nos dice que no estamos solos.

Jesús en la cruz, en el momento de sentirse abandonado, sintió también la presencia de María, ofreciéndola como un don para el discípulo y la humanidad, una presencia materna para la humanidad sufriente, crucificada. No podemos sentirnos desasistidos, pero necesitamos testigos que nos lo recuerden y nos ayuden a actualizar la presencia del Resucitado en medio de tanto sufrimiento.

Por tanto, es un momento muy oportuno para transmitir esperanza y solidaridad en nuestras celebraciones comunitarias de este domingo. Nuestros obispos, desde la Conferencia Episcopal, nos escriben su carta habitual, animándonos a tener en cuenta en este momento a los más frágiles por enfermedad, y a todas sus familias que viven necesitadas de nuestra oración. El mensaje del Papa Francisco, aunque fue escrito para el 11 de febrero, y aún no se había declarado la pandemia, sin embargo, es una reflexión muy oportuna para este momento. También podemos utilizar los guiones litúrgicos que enviamos para la Jornada del Enfermo, porque están incluidas las dos celebraciones.

Feliz Pascua de Resurrección.

Badajoz, 6 de mayo de 2020

 

José Manuel Álvarez Maqueda

Delegado E. para la Pastoral de la Salud

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