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lunes, 20 de enero de 2025

Campaña del Enfermo 2025

“En esperanza fuimos salvados”
(Rom 8,24)

La Campaña del Enfermo de este año 2025 que celebraremos el 11 de febrero, día de Ntra Sra de Lourdes, está determinada por la celebración del año Jubilar propuesto por el Papa Francisco con el lema: “Peregrinos de Esperanza”, que la hacemos lema de nuestra Campaña con un tema en consonancia: “En esperanza fuimos salvados” (Rom 8,24). Dado a este acontecimiento tan importante que viviremos en la Iglesia, la Delegación de Pastoral de la Salud de la Archidiócesis de Madrid, encargada de preparar los Temas de Formación de la Jornada, los han centrado en el sentido de este Jubileo de 2025 y en diversos aspectos de la esperanza en la que somos peregrinos.
En la introducción a este material, se nos invita además a releer y meditar en este Año Jubilar, algunos documentos Pontificios centrados en la esperanza: 
  1. Encíclica “Spe salvi” de Benedicto XVI

  2. Catequesis sobre la esperanza del Papa Francisco en las Audiencias Generales del 7 de diciembre de 2016 al 25 de octubre de 2017.

  3. Carta del Papa Francisco a Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, para el Jubileo 2025.

  4. Bula de Convocación del Jubileo, “Spes non confundit”.

Oficialmente este año Jubilar fue iniciado por el Papa Francisco la Nochebuena de 2024, donde abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. En la ceremonia, el Santo Padre aseguró que al comenzar este año jubilar “entramos en el tiempo de la misericordia y del perdón, para que se revele a todo hombre y a toda mujer el camino de la esperanza que no defrauda (…) Cada uno de nosotros puede entrar en el misterio de este anuncio de gracia (…) Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo rápidamente”. Se trata, por tanto, de adentrarnos en este misterio de gracia, de crecer en la intimidad con el Señor en la oración.

“...Cuanto más enraizados estamos en Cristo, cuanto más cercanos estamos a Jesús, más encontramos la serenidad interior” (
Papa Fco, Hom III Dom de Adv 2017) y podremos ser instrumentos de esperanza, de alegría y consuelo para nuestros enfermos. Para ayudarles a ellos, y a cuantos les cuidan, a vivir este tiempo especial de gracia tendremos que dejarnos inundar de la Misericordia del “Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros seamos capaces de consolar a los que se encuentran en cualquier tribulación, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque, así como abundan en nosotros los padecimientos de Cristo, así abunda también nuestra consolación por medio de Cristo. Pues, si somos atribulados, es para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, es para vuestro consuelo, que muestra su eficacia en la paciencia con que soportáis los mismos sufrimientos que nosotros. Y es firme nuestra esperanza acerca de vosotros, porque sabemos que, así como sois solidarios en los padecimientos, también lo seréis en la consolación (II Cor 1, 3-7)

Miremos a María. “Madre de la esperanza. Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo. Indícanos el camino hacia su reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino” (Benedicto XVI, “Spe salvi” 50).

ORACIÓN
Padre que estás en el cielo,
despierta en nosotros
la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros,
Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén
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